Copa del Rey: lo veo tan chungo, tan rematadamente difícil…

Publicado por Victor Plaza en

Ya está aquí

Estaré sentado algunas filas detrás del banquillo situado a la derecha de la mesa de anotación. El más cercano a donde se coloca la Demencia, para situar a los lectores más fieles. Allí viviré siete partidazos de Copa, seguro. Pero uno de ellos-como mínimo- será muy especial. Muy dramático. Muy divertido. Muy Estudiantes. Es el premio a cuatro entretenidas horas pulsando F5 en la modernísima página de ACB: tres abonos. Iré con mi tío y una amiga suya.

Imagino que ellos disfrutarán, sí, pero no lo vivirán al máximo. Me he imaginado celebrando las canastas de Whittington, los ‘abusos’ de Gentile, las picaduras de Brizuela o los rebotes de Nik. Como cada día desde hace unos meses en el Palacio. Pero ahora, con la grada repleta de ocho aficiones y ante el Real Madrid. Me suena, fíjate tú, que les ganamos hace poco.

La Copa es difícil, muy difícil. Para Estudiantes, casi imposible. Tanto lo es, que es hasta posible, como reza el refranero ramireño. El viernes a las 21:30 Movistar Estudiantes vivirá un pedacito más de historia. Esa que dicta su quincuagésima participación en una Copa del Rey. O lo que es lo mismo, medio siglo de apariciones en el mejor torneo del baloncesto español.

Décadas atrás, los colegiales compartían junto con otros equipos -pese a la competitividad y lo imprevisible de esta competición- el cartel de favorito. Contaban los de Serrano con una plantilla larga, acostumbrada a los dobles partidos por jornada, y con un presupuesto nada envidiable a fecha de hoy. Estudiantes tenía opciones reales de alzarse con la Copa.

Ahora es otra historia. Se mantiene la ilusión o, diría, incluso es mayor, por aquello de no clasificarse todos los años. Jugar en Madrid aporta un plus más, y hacerlo contra los vecinos supone el mayor ‘hype’ en años.

Pero en cuestiones deportivas, seamos realistas, el Real Madrid es infinitamente superior a Movistar Estudiantes. Más en Copa, cuando los Llull, Rudy, Tavares o Campazzo no ofrecerán relajación alguna. Se juegan el primer título, y de ello viven en Concha Espina.

Para Estudiantes ya es un triunfo estar en el Wizink Center este viernes. Aunque sea en condición de anfitriones, la buena racha que atraviesa el conjunto de Berrocal ha espantado las dudas y críticas de aquellos que clamaron al cielo cuando el club se clasificó para el torneo del KO.

Cinco triunfos en los últimos siete partidos. La Copa le llega al Estudiantes en el mejor momento posible. Hasta dos cabezas de serie, como Tenerife y el propio Real Madrid, cayeron ante los colegiales.

Pese a que la Copa es otra historia, no se puede obviar el momento de forma de cada equipo. Otra cosa serán las semifinales, cuando el factor cansancio haga mella en aquellos equipos menos acostumbrados. Pero el jueves y el viernes, sobre el papel todos son iguales.

El transcurso del partido decidirá. Objetivo colegial: tener opciones de victoria en el último cuarto. Entonces el favoritismo del Madrid puede convertirse en tensión y agobio. Y el Estu morderá y tendrá su ocasión. Si el Madrid saca el rodillo a pasear, nos quedaremos sin encuentro muy pronto. Pero que nos quiten lo ‘bailao’. Tras años de tropiezos y momentos malos, nos tocaba una alegría, dure lo que dure. Y si nos vemos el domingo, cerveza en mano, mejor que mejor. Recuerden que es hasta posible.

Como en casa

Se esperan 200 dementes, aunque el club no ha publicado cifras de abonados. Serán, al final, muchos más. Dejar en casa al Madrid a las primeras de cambio juega a favor de todos. Estudiantes jugará de visitante en la teoría, local en la práctica.


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