Escapismo añejo

Publicado por Victor Plaza en

Movistar Estudiantes escapó de la trampa extremeña con dosis de oficio, veteranía y acierto interior. Un baloncesto de los de antes, con suma presencia en tiros de dos y con lucha en el barro en medio de un concierto de silbatos. El Estu salvó un partido que se puso muy complicado, con diferencias de hasta 13 puntos. Con jugadores clave expulsados, sin continuidad ni sensaciones buenas. Una vez más, la extensa plantilla colegial fue determinante para lograr la victoria, que ya es la número veinte de la temporada. Una trampa a mala idea solventada a escasos días de jugarse buena parte de la temporada frente a Granada, con parada previa en Valladolid.

Animaba el Palacio antes de empezar y eso es noticia. La presencia de decenas de aficionados cacereños daba color y ambiente al majestuoso campo, tan frío y helado en otras ocasiones. Y, quieran o no, la grada jugó su papel. Colaboró en la algarabía el trío arbitral, empeñado en hacerse con el Récord Guinness a «Mayor número de faltas en ataque un tanto extrañas y peculiares». En movimiento, en parado, en el semicírculo, empujando, con la cadera. Daba lo mismo: los cortes por zona estaban prohibidos, a riesgo de escuchar ese sonido de silbato que se convirtió en habitual.

Los tres del pito, ellos dos y ella, pusieron el listón muy bajo. La grada se encendió y, por momentos, aupó al equipo. Bien lo necesitaba, pues Cáceres estuvo a punto de llevarse el choque tras un parcial de 2-19. El Estu, KO, encontró en sus aficionados aire, y en Urtasun y Larsen, puntos y trabajo. A la vieja usanza, tirando de años, los de Cuspinera por fin apretaron atrás y fueron agresivos en el otro aro.

Pero hay un problema: de 0 a 10, al Estudiantes le cuesta un 12 atacar en posicional a un ritmo normal. Sí hay puntos en contragolpe o en transición. Cuando Faggiano arranca la moto, el equipo funciona. Si Beirán corre por su banda, el equipo sabe jugar y encontrar los espacios adecuados. Si Djurisic no duda y se come el aro, dos fáciles. La cuestión es en 5×5, ataques donde se consume casi toda la posesión y la pelota acaba en una zona no deseada, o en las manos de un jugador poco peligroso.

 Ayer fue el encuentro con mayor desnivel entre la extensa plantilla del Estudiantes. Con agradables apariciones (Dee tuvo minutos de excelso anotador), pero otras desapariciones inesperadas (Nacho Martín jugó su peor partido con la elástica azul). Por decir dos nombres, pero comentaremos más.

Jota, que no es tonto, lo vio claro y redujo la rotación más de la cuenta. El propio Martín jugó solo 12 minutos y Dos Anjos, que volvió a su pájara mental, cinco. Por fuera, Rubén Domínguez jugó siete. Qué queréis que os diga: ninguno de los tres demostró nada ni se ganó más presencia en pista ayer. El primero, sin continuidad por las personales; el segundo, por evidentes fallos defensivos; y el tercero porque las que tiene liberadas las tiene que meter y porque coincidió con el peor tramo del partido de todo su equipo (-13).

La última carta

Álex Urtasun dio un paso adelante frente a Cáceres. El último recurso del Estudiantes se atisba valioso para este tramo de temporada. En partidos feos como ayer, cuando los jóvenes no están acertados, su papel cobra importancia. Urtasun fue el timón de Estudiantes en el momento clave, aquel en el que el equipo logró reducir una diferencia de 12 a solo 3, justo antes del descanso. El veterano fue el más incisivo y logró penetrar en la activa defensa cacereña. Surgieron los espacios y los puntos de Dee, junto con el siempre efectivo trabajo de Larsen. Si tuviera que decir quién es el jugador más importante ahora mismo de la plantilla colegial, es evidente que no tendría dudas. Y tú tampoco.

Larsen aporta todo lo que un interior puede aportar en esta liga: puntos, rebote, defensa y constancia. Es una maldita roca, partido sí y partido también. Hizo doble-doble (17 puntos 12 rebotes, 6 ofensivos) sin despeinarse, sin ansiedad, pese a que se le vio cansado en el tramo final. Y ahí estuvo para agotar una posesión vital del rival. Grito de rabia y el partido al bolsillo.

Estudiantes aglutinó más malas noticias con los problemas físicos de Arroyo, que limitaron su exposición en pista. Faggiano, curtido en estas batallas, tomó el cetro del tiempo y el equipo no perdió la tímida ventaja de 7-8 puntos hasta el final del partido.

Cáceres Patrimonio de la Humanidad sucumbió pese a su 10/21 en triples. Rozando el 50%. Es la representación estadística de su trampa en la que casi cae su rival. Seguramente, en un partido más tranquilo y sin tanto impulso arbitral, el Estu hubiese sumado una derrota. Efecto máximo con la expulsión del capitán Beirán, tras una (otra) dudosa decisión arbitral. Antideportiva y técnica que le dejaban fuera para el tramo final. Antes, el campeón del mundo fue otro de los protagonistas de la remontada, anotando dos triples con el cielo nublado.

Y el que siempre está es Adams Sola. Que podrá lucirse más o menos, o tener un día más o menos acertado en ataque. Pero en su modo principal, el defensivo, está. Que se lo digan al entrenador rival. Ayer fundamental para detener a Schmidt; cuando Cáceres más le buscaba y menos le encontró. Y gracias a dios, porque las ayudas defensivas de los de Cuspinera dejaron mucho que desear. Especialmente las terceras brillaron por su ausencia.

Dijo Jota en rueda de prensa que Djurisic hizo un buen trabajo defensivo frente a un ex colegial, Dukan. Discrepo, porque allí donde es peligroso (el triple), el croata castigó y nuestro montenegrino se quedó lejos de llegar y superar los bloqueos. Suerte que se confirmó que Dukan sigue teniendo alergia al a pintura.

Dukan volvió, aunque el regreso más esperado fue el de la cantera inclusiva en los tiempos muertos tras dos años de parón. Por fin el club puede mostrar sus valores más preciados e intrínsecos y, como hace dos años, los chicos y chicas se llevaron los mayores aplausos del Palacio. Otro de los detalles por los que el partido de ayer volvió a recordar a los de antaño. Escapismo antiguo en un ambiente casi familiar. Así todo es más sencillo.

Valladolid y La Vida

Sin tiempo para la recuperación, Movistar Estudiantes visita Valladolid este martes a las 21h. Después, el doble enfrentamiento ante Granada: final de Copa el domingo 3 de abril a las 12:30 en el Palacio y una semana después, la «final» de LEB Oro a la misma hora y en el mismo escenario. Media temporada en siete días. A por ello.

Fotos: J.Pelegrín

Categorías: El Día Después

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