Estado de alarma

Publicado por Victor Plaza en

Ahora que todo indica que Pedro Sánchez levantará el estado de alarma el próximo 9 de mayo, Movistar Estudiantes entra en el suyo particular tras caer ante el Betis en Madrid. Fue el peor partido en el peor momento posible. Si la derrota preocupa por si misma, las formas en las que se perdió son aún más peligrosas. Sin ganas y sin defensa en el encuentro más importante de la temporada…y con un horizonte repleto de dudas y dificultades. La LEB, hoy por hoy, es una realidad amenazante para la plantilla de Jota Cuspinera.

Imagino que lo más inmediato es mirar el calendario. Lo que le queda a los cuatro favoritos al descenso a día de hoy.

Estudiantes (9-21): Manresa, Fuenlabrada, Valencia, Obradoiro y Burgos

Betis (8-21): Obradoiro, Burgos, Manresa, Barça, Fuenlabrada y Gran Canaria

Bilbao (7-22): Fuenlabrada, Valencia, Gran Canaria, Burgos, Tenerife, Real Madrid y Joventut.

Gipuzkoa (7-23): Murcia, Tenerife, Baskonia, Manresa, Unicaja y Andorra.

Bien: basketaverage ganado con Bilbao y Gipuzkoa. Mal: los dos tienen que jugar dos partido más que Estudiantes y, por supuesto, sensaciones generales y tendencia (cuatro derrotas consecutivas del equipo del Ramiro)

Fuenlabrada y Obradoiro (9-20), también se pueden meter en problemas si caen en su próximo partido. Cualquier múltiple empate, a día de hoy, beneficia a los de Cuspinera. Dos partidos clave restan precisamente ante fuenlabreños y gallegos.

No hay buenos días, solo días

Ayer nuestro equipo, falto de físico y sobre todo de actitud y mentalidad ganadora desde el salto inicial, se vio superado por un Betis que sí se tomó en serio la importancia del encuentro.

Un día más, la defensa brilló por su ausencia, con la excepción de Delgado. Sin duda, un nivel atrás impropio de la máxima categoría. Y en ataque, Vicedo (17 puntos, 4/7 en triples) fue el máximo exponente, lo que denota, por si solo, el descalabro general.

Es curioso comprobar como encara la plantilla los últimos cinco partidos de la temporada. Hay jugadores en su pico de forma (los ya mencionados Vicedo y Delgado) pero el nivel general atraviesa una larga llanura. Piezas fundamentales como Avramovic han experimentado un bajón importante. Roberson ha caído lesionado (y no parece poca cosa), Barea es una bola al rojo o al negro, y Gentile ya ha comunicado que deja el club, sumido en problemas físicos y mentales post Covid.

Hoy no hay buenos días porque la mañana de ayer fue nefasta, y provoca la entrada en el ojo del huracán. Allí donde existe un silencio sospechoso, mientras todo tu alrededor vuela sin control. Y sin previo aviso, te levanta del suelo a ti también. Te zarandea y ya no controlas tu propio destino, ni tu final.

En ese trance está Movistar Estudiantes a falta de cinco partidos para el final de la temporada. Solo cinco. El precipicio de vuelta, está vez con Jota. La diferencia con respecto a hace unos meses es que la caída esta vez sería mortal, porque no hay tiempo para grandes cambios. La ley de la gravedad y de la inercia en su máximo exponente. La que dicta los 94 puntos de media que recibe Estudiantes en los últimos cuatro partidos. Si no baja ese registro es, literalmente, imposible la permanencia en ACB.

Y el problema es de base. De construcción de una plantilla con sobrado talento ofensivo, y con pocos efectivos de garantías atrás. Por fundamentos, casi todos, y por actitud, buena parte del año. Ayer se volvió a las andadas.

Tanta diferencia de intensidad que daba la sensación que Estudiantes transitaba en zona tranquila y que Betis se jugaba su existencia. Ellos quisieron más desde el salto inicial frente a un Estu con mucho miedo de salida.

Miedo que se transformó materialmente en airballs y pérdidas de balón (hasta 13). Miedo por lo mucho que había en juego. Por el rival de enfrente, de tu liga, y no un Baskonia que parecía inalcanzable y no fue para tanto.

Lo bueno es que el staff parece haber identificado el trabajo a focalizar de esta semana, que concentra más recuperación mental y motivacional que de juego, como se encargó de repetir Jota en rueda de prensa. «No eres tú, soy yo», vino a decir a sus jugadores. Se responsabilizó por completo por no haber sido capaz de trasladar la tensión de un partido clave a sus chicos.

Pero por otro lado, éstos no son unos niños. Y la comunicación no verbal de ayer dio pena. Por momentos, parecía que Betis estaba cuarenta puntos arriba, y no a tiro de dos posesiones, como estuvo hasta casi el final. A ese bajón de actitud si que no le encuentro explicación.

A estas alturas, qué vas a cambiar sobre tu estilo de juego (y más con una plantilla confeccionada, entre otros, por otro entrenador). Podrás redimir la actitud y la intensidad, que se plasme en defensa, y rezar para mantener los puntos en ataque, aunque tengan que jugar los chavales con tanta lesión y mala suerte.

Ayer el partido fue tan desastroso que ni el arbitraje vale como excusa. Porque esta vez no hubo nada de nada. Ya fue el propio Estu el que se encargó de evitar polémicas. Al frente del caos, JJ Barea, superado en defensa y nulo en ataque. No es baladí la cuestión, porque en sus manos, en su cabeza y en su baloncesto pasa buena parte del futuro inmediato del club. Es más, si se confirma una grave lesión de Roberson, es el único base puro. Agárrate.

La marcha ya oficial de Gentile deja el hueco del alero sin cubrir, y esfuma de un plumazo cualquier esperanza en sumas efectivos en la recta final. Por suerte, Vicedo parece encontrarse en su mejor momento de los últimos años. Con Jota, el capitán tira más y mejor, y defiende a pequeños y grandes. Quién nos iba a decir hace unos meses que Edgar iba a ser pieza clave, fundamental, necesaria, en cualquiera de los esquemas para la salvación.

Tapar agujeros para ganar dos

No es el puesto de alero el único en cuestión. Realmente, son todos, y a cada partido que pasa se hacen más grandes. El de la pintura puede tragarse a un elefante. Jota no duda en castigar a Arteaga, que parece con la cabeza en otro sitio. Djurisic no es un jugador de 15 puntos todas las tardes. Sí Brown, pero depende de su acierto en el triple, una constancia difícil de enganchar en partidos calientes y determinantes. Nos quedamos con Delgado, otro que tiene el futuro del Estu en sus manos. Él sigue a otro nivel: 19 puntos, 12 rebotes. Firmó 25 de valoración pese a cometer seis pérdidas.

Si vamos al dos, con Avramovic fuera de forma y Jackson lesionado, nos queda Sola (que no deja de pecar de inexperiencia), Laksa (más verde que el césped del Metropolitano) y Cvetkovic, también para el puesto de base pero que no ha aprovechado los minutos que tuvo antes del partido del Betis. Ayer ni pisó cancha. Pienso, por buscar algún atisbo de esperanza, que Aleksa es muy recuperable. Él puede volver a echarse al equipo a la espalda. Puede volver a decidir partidos, para no tener que depender con tanta rotundidad del inestable Barea.

Estudiantes volverá a jugar el próximo sábado a las seis de la tarde en Manresa, un rival en plena lucha por el Playoff. Las cuentas son fáciles: hay que ganar dos partidos de cinco que restan. La puesta en práctica, no tanto. Tengan sus desfibriladores cerca, un final de temporada más.

 

Fotos: J.Pelegrín

 

 


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