Ni por H ni por B (ni por J)

Publicado por Victor Plaza en

En el peor partido de la era Jota Cuspinera, Movistar Estudiantes decidió no comparecer frente al Murcia, uno de los equipos más físicos de esta liga. Sin esa tensión ni intensidad, los nuestros jugaron feo, mal y a rachas. El rival, más de lo mismo pero con más oficio, beneficio y propuesta táctica. Día aciago en la capital.

Podría transcribir aquí las palabras de Jota Cuspinera en rueda de prensa, acabar la crónica y a otra cosa. La perfección comunicativa de Jota en los micrófonos fue radicalmente contraria a lo ofrecido en el banquillo del Wizink Center. Todos los brillantes y contundentes mensajes de la rueda de prensa fueron los que los jugadores no escucharon o no quisieron escuchar en la pista. Nunca lo sabremos a ciencia cierta.

Y es una pena. Porque Murcia no tiene mejor equipo que Estudiantes. Porque era un partido de los ganables. Porque la dinámica estaba siendo muy buena.

Pero no. El Estu volvió a decepcionar en estos choques que cambian temporadas. De estar casi otro año más en ACB, a meternos de lleno (otra vez) en el fragor de la batalla del pozo. Con más argumentos que otros años, sí, pero ahí nos vemos y sufrimos otra vez.

Si por algo destaca UCAM Murcia en el último lustro es por su actitud. Peleona y al límite del reglamento, con una calidad normalmente baja. Pero sacan sus partidos por carácter. Y no solo los partidos, si no temporadas enteras. El colmillo de competición que tanto busca Estudiantes y no encuentra. Ayer se comprobó: Murcia entendió la importancia del encuentro; el Estu no. No, o los resultados de los últimos partidos han traído más relajación de la justa y necesaria. Espero y confío que solo haya sido un mal día, y no un cambio de tendencia.

Vuelta a las andadas

Ni por intensidad, ni por sensaciones, ni por acierto, ni por H, ni por B, ni por Jota: no hubo manera de engancharse al partido. El Estu sucumbió desde el primer minuto y sacó a relucir carencias de un pasado no tal lejano. Desde el repaso táctico de Sito Alonso al entrenador colegial -volvimos a sufrir inmovilismo desde el banco-, a exceso de individualismo y precipitación. Por consiguiente, los porcentajes de acierto se redujeron hasta un 39% en tiros de campo. Murcia firmó un 58%. Nada que hacer.

Bueno, en realidad mucho. Pero solo Avramovic se salva de la quema general. Roberson, por ejemplo, comenzó on fire y acabó con un 2/12 en tiros, entre contacto y contacto de los jugadores del Murcia, expertos en desesperar a su par. Así acabó Barea, al que le ganó su propio lado macarra hasta el mismo túnel de vestuarios.

JJ fue protagonista indirecto del último cuarto. El puertorriqueño salió de la pista a mitad del tercero y no regresó. El mismo Cuspinera explicó que primero fue por molestias físicas y después por decisión táctica. El entrenador manda…y en este caso se equivoca, porque Estudiantes no era un escándalo baloncestístico en la pista como para mantener el mismo quinteto hasta el final. Solo Aleksa entró en la cancha, mientras que Jackson no dejaba de perder balones y fallar tiros. Le está costando al francés encontrar una versión óptima, pese a la infinita confianza de Cuspinera en él.

Jota murió con su estilo de rotaciones largas y lo seguirá haciendo. Por fortuna, los errores de ayer no son comunes en el último mes. Si sirve como toque de atención y concentración, bienvenidos sean.

No Delgado, no party

El mal partido global afectó especialmente a Ángel Delgado, que ayer recordó por qué es primerizo en esta liga. Se topó con Lima y fue como chocar ante un espejo, pero cuyo reflejo tiene más experiencia. El brasileño anuló las armas más valiosas de Delgado y permitió al Murcia coger ocho rebotes más que Estudiantes.

Bajo el dominio interior versó Murcia su propuesta de juego, encontrando la ya conocida debilidad del Estu por dentro, más aún con Delgado fuera de juego. Su pívot se hundía en cada bloqueo y hacía colapsar los intentos defensivos de los nuestros, faltos de ayudas y de concentración.

Un control bajo los aros que se trasladaba también al perímetro, donde Estudiantes lleva toda la temporada sufriendo en términos defensivos. En realidad, el Estu tiene una plantilla flojísima atrás, al nivel que da un poco de miedo pensarlo fríamente. A bote pronto, de las tres peores de la Liga Endesa. Si el día es menos inspirado de lo habitual, si además bajas la intensidad, date por muerto.

What the fuck is wrong today?

Lo preguntó Jota en un tiempo muerto -oye, qué divertidos e ilustrativos son ahora-. Pues todo, Jota. Todo. Salir sin energía ante Murcia ya es una sentencia en si misma. Falló lo ya comentado y lo que falta. Ese juego a rachas tan entretenido y peligroso al mismo tiempo. Ese que hace que Roberson meta dos triples seguidos, o Aleksa corra (por su lado izquierdo, claro) sin un obstáculo que le detenga. Pero hacer de esa calidad un argumento monopolista es un error manifiesto, y uno de los principales hábitos que ha intentado reconvertir Cuspinera desde su llegada al Ramiro.

Ahora, lo que no tiene ni medio pase es fallar nueve tiros libres, con un 64% de acierto. Quizá es un factor más de la intensidad murciana, cuyo desgaste afecta a la concentración más de lo admisible para un profesional de la canasta. Nos quejamos (y con razón) de las pocas faltas que nos pitan, pero para tirar desde la personal como ayer, casi mejor que sigan haciendo la vista gorda.

Acabando.

En la lejana pretemporada sorprendía como Avramovic sumaba 30 puntos o un tal Roberson lograba 10 puntos consecutivos. Ahora al primero le cierran su izquierda y sufre, y el segundo necesita cuatro bloqueos para descargar su tiro. Mientras, esperamos (más bien rezamos) por un nivel aceptable y regular de Jackson, que respeten a Delgado y que Barea no pierda su guerra particular con los colegiados. Al final va a ser verdad que necesitamos al más inestable de todos, para que ponga orden (el suyo) y equilibre ciertos quintetos. Gentile, vuelve ya.

Su equipo, el nuestro, lo hará el próximo 11 de abril a las 13:00 en Tenerife, y luego visitaremos a Baskonia el jueves 15. Dos salidas difíciles, ocasiones únicas para rascar alguna victoria inesperada y restablecer la moral hasta ayer alcista. Después llega la traca final, la de todos los años, aunque ya habrá tiempo para hablar y preocuparse de ella.

 

Fotos: J.Pelegrín


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