Estu Sí

Publicado por Victor Plaza en

Para los muy cafeteros, ese fue el eslogan del Estudiantes en la campaña de abonados 13/14, cuando entraba gente a los estadios y esas cosas. Quizá el mejor claim que ha existido, y no por simple: es directo, va a la piel, sin rodeos. Estu Sí para cuando las cosas vayan bien. Estu Sí para cuando el camino se complique. Estu Sí, hoy y siempre.

Y ayer, claro. Qué felicidad, ¿no?. Como un niño pequeño en su segundo día de colegio, tras el berrinche del primero. El crío o la cría se tiene que adaptar al entorno, conocer a sus compañeros, entender a sus profesores. Y divertirse, correr.

No es casualidad la incesante búsqueda de la identidad del Estudiantes. De patio de colegio, de niños, de esos críos. Hacer piña y tomar la directa, despreocuparse. Ayer el equipo recordó al de las grandes épocas. Añoranza y nostalgia con un ápice de esperanza para el futuro cercano.

Estu Sí, ya era hora.

Carpe diem

Busqué los datos anoche y espero no haberme equivocado. Asustan, la verdad. ¿Cuánto llevabas tú sin ver un partido del Estudiantes con soberana tranquilidad?;¿Cuánto llevabas tú sin ver un partido del Estudiantes donde de verdad disfrutaras, te relajaras y vieses no peligrar la victoria?; ¿Cuánto llevabas sin sonreír durante los 40 minutos de un partido de tu equipo?.

Hay subjetividad en las respuestas, pero no en los datos. El Estu llevaba más de un año sin ganar dos partidos seguidos. Dos, eh, no ocho. Ninguna heroicidad, vamos. Concretamente, desde el 27 de enero de 2019, cuando Tenerife cayó como lo había hecho una jornada antes el Gipuzkoa.

Y si hablamos de dominio, de tener asegurada la victoria, de ganar fácil, la cosa se remonta al 24 de abril del año pasado, cuando Breogán sucumbió por 32 puntos. Rara avis en el calendario reciente del equipo colegial. Pues eso, disfrutemos del momento actual, sea efímero o no.

Vamos ya con el festín de hace unas horas

El secreto de los jueves

Debe ser eso: los jueves se juega mejor. Por eso es día de Euroliga. Como si lo fuera, por momentos, el Estudiantes. No hizo nada mal y muchas cosas bien. Muchísimas, nos quedaríamos sin espacio para los adjetivos calificativos.

Si tuviésemos que resumir, diríamos comprometidos y conjuntados. 10 días sumergidos en la ola de positividad que se gestó en la gélida Fuenlabrada…y se notó. La mejor prueba de ello es que cinco jugadores superaron los 10 puntos y seis de ellos alcanzaron dobles dígitos de valoración. Tanto fue la superioridad colegial, que al descanso daba la sensación de marcador corto (40-34). Como si el Estudiantes hubiese perdonado una renta mayor ante del tradicional y fatídico tercer cuarto.

Pero hoy no. Efecto jueves, el Estu arrasó en el tercer periodo. A golpe de velocidad y acierto desde el triple. A golpe de la filosofía que Zamora lleva meses queriendo traducir de su cabeza a la pista, a sus chicos. Poco a poco, el Estudiantes se va pareciendo a si mismo. A su origen y a su razón de ser.

Además la plantilla se configuró para tal propósito. Con anotadores compulsivos como Roberson, Avramovic, el lesioando Jackson o ahora Gentile. Parémonos con el italiano en el siguiente párrafo.

Le sobran galones y clase. Tiró del equipo al comienzo del partido, y no soltó esa cuerda. Ha vuelto a una versión ideal para este Estudiantes. Y con síntomas de madurez, de mayor juego colectivo, de más (si cabe) implicación. Alrededor de él, sus compañeros se sienten más confiados, mejoran con su presencia. El equipo, además, parece más compensado por posiciones.

Porque Ale tiene la cabeza donde siempre debió. Y es prácticamente imparable. Además, me diréis que no mola esa plasticidad de baloncesto antiguo. Esos tiros en suspensión larga, en slow motion, a tablero. ¡Y mete hasta triples!

Del rebote nace todo

Gentile fue la primera clave de Estudiantes, pero por supuesto no la única. Dos nombre se reivindicaron dentro del mar de críticas donde navegan cada partido: Arteaga y Zamora. El primero, que lleva dos partidos de mucho nivel ofensivo, al que se le caen los puntos de las manos y que cuando se aplica en el rebote es un jugador muy aprovechable para un equipo como Estudiantes. 14+13 ayer. Normal sus 31 minutos en pista.

Los que le dio Javi Zamora, el otro eterno cuestionado. Se le debe la máxima paciencia como jefe de la nave, y al mismo tiempo es el eslabón más débil, el blanco fácil en caso de duda. Ayer rozó la perfección. Los cambios pueden gustar más o menos, pero Zamora mantuvo a todo el mundo implicado, intenso, consciente del equipo al que representan. Que Estudiantes juegue y, sobre todo, quiera jugar a esa intensidad tiene un culpable, es alto y viste de traje. ¡Hasta le pitaron una técnica! Los jueves, ya saben…

Si hay que ponerle un pero, algunos minutos al final para el bueno de Koumadje no hubieran desmerecido nada. El pero es menos pero porque Alec Brown aprovechó esos minutos para anotar triples y ganar confianza, que bien necesitado estaba. El festín fue tal que el estadounidense hasta encadenó varias acciones defensivas notables.

Sumó Brown siete rebotes, más los 13 de Arteaga, nueve capturó Gentile…una superioridad extrema, tanto que no recuerdo un partido similar. Movistar Estudiantes capturó los mismos rebotes ofensivos que defensivos de Gran Canaria: veinte. En total, 23 más, el doble. Y desde ese dominio bajo los tableros, todas las buenas noticias ya comentadas.

¿Más nombres propios? Una duda y dos confirmaciones. Lo feo, el toque de atención de Zamora a Djurisic, con solo tres minutos de juego. Lo bueno, uno: Dovy parece un veterano en este deporte. Ni un error tiene el chaval. Y si ataca y mete fácil, defiende aún mejor. No se vislumbra su techo, si es que lo hay. Imprescindible en el Estudiantes actual.

Y dos, Roberson. Qué poco necesita para generar. No es lo que hago, es lo que provoco. Producir casi de la nada, desatascar enredos ofensivos, asistir con eficiencia, amenaza desde el triple. No hay muchos jugadores así.

Si sumamos a esto el buen día de Avramovic y Cvetkovic desde el triple, Estudiantes se transforma en el equipo que todos queremos y soñamos en pretemporada. ¿Durará?, he ahí la cuestión.

https://twitter.com/ACBCOM/status/1316833183850168320

Pies en la tierra

Sí. Porque para empezar Gran Canaria era un rival que llegaba muy cansado, tras su periplo europeo, lo que no resta una coma al mérito estudiantil, pero sí lo contextualiza. Segundo, no se ha hecho absolutamente nada hasta que se confirme la permanencia en la máxima categoría. Y tres y último, si Estudiantes ha tardado más de un año en volver a ganar dos partidos seguidos, la estadística es caprichosa y no miente: lo normal, según los números, sería perder en Sevilla ante el Betis el próximo domingo a las 12:30.

Pero ojo y atención al dato. Si sucede lo increíble y el Estu gana su tercer partido seguido -realmente el partido es ganable mires por donde lo mires- las matemáticas sentencian otra cosa: nunca en dos años el Estu ha ganado tres partidos consecutivos, pero SÍ cuatro. Fue del 24 de marzo al 12 de abril de 2018, con triunfos ante San Pablo Burgos, Barça, Bilbao y Zaragoza.

Hágase el sí, el Estu Sí.

Fotos: J.Pelegrín (Movistar Estudiantes)


0 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *