Funambulismo en Miribilla
El peligro amenaza mientras el funambulista se sostiene sobre el alambre. Un error más de la cuenta y caída asegurada. Se siente en la piel, se vive con tensión, se acumula adrenalina cuando camina sobre ese fino cable. Lo hace, además, con los ojos cerrados y a pasos irregulares. Una temeridad. Pero sale indemne, vivo, más confiado en si mismo. La función fue en Miribilla, donde los suspiros, las sonrisas nerviosas y los aplausos afloraron al final, tras toda la tensión acumulada. Igual que los transeúntes curiosos que observan al equilibrista terminar su hazaña.
Venía Estudiantes cargando una mochila de cuatro derrotas consecutivas y cientos de dudas sobre su progresión en la competición. El fantasma del pozo, tan conocido para el club en los últimos años, ya entraba por la puerta.
Portazo al canto, al menos por ahora. Pestillo echado. Ganar en Bilbao era fundamental para el devenir cercano del Estudiantes. Por lo que representaba salir de la mala racha y por el rival en si mismo, al cual el fantasma sí se le ha colado dentro de casa.
Me alegro de escribir estos párrafos, pues bien podían haber sido los opuestos. Es lo que tiene vivir en el límite, en la duda constante y en el sufrimiento perenne. También en la irregularidad, germen de todos los males.
Si no viste el partido y te centras en la pureza de las estadísticas, el Estudiantes no sale bien parado. Perdió en rebotes (36-34), asistencias (16-11) y valoración (83-77). En esta última, tres jugadores sumaron 70: Avramovic 35, Arteaga 22 y Roberson 13. Una evidencia supina sobre la dependencia del individualismo que caracteriza a esta plantilla desde el inicio de la temporada.
En resumen, los problemas del Estudiantes permanecen pese a la victoria, y aunque las sensaciones no son mejores, sí son más fieles a la realidad. Retabet Bilbao jugó un mal partido y lo gestionó aún peor. Tuvieron al Estudiantes colgando del cable y no supieron empujar. Y el Estu -otra cosa no- pero si algo ha demostrado es voluntad de remontada. O le matas, o antes o después aparece un Gentile, un Avramovic o un Roberson para comandar un parcial y dar la vuelta al partido. Así sucedió.
Abran hueco
Los nuestros han ganado por la mínima en Fuenlabrada, Sevilla y Bilbao, canchas donde otras temporadas no se ganaba. Y ahí se salva un equipo. Es una obviedad: Estudiantes tiene una capacidad de competir mucho mayor esta temporada. Otra: ya son tres victorias por encima del descenso, y seis equipos por debajo del Movistar Estudiantes. Un situación mucho más tranquila que la existente en años anteriores. Innegable.
Pero las victorias tan justas representan, al mismo tiempo, un arma de doble filo. Lo que hoy es gris, mañana puede ser negro. El caminar sobre el alambre, una vez más. Por fortuna, el Estu tiene, sobre el papel, bastante más plantilla que GBC, Gran Canaria o Bilbao, por ejemplo.
Si a los de Miribilla, además, le restas a su pívot titular, Balvin, el Estu era favorito ayer. Pero tuvo deseos incontrolados de complicarse su existencia. Para empezar, por la misma convocatoria. Por primera vez, Zamora dejaba en Madrid a dos interiores, al ausente Koumadje y al mejorado Delgado. El club los incluiría en el parte médico del patrocinador, pero la decisión se fundamentaba en razones técnicas. Qué ganas de confundir a la afición, de verdad.
Y el Estu sufrió una barbaridad bajo los tableros. Porque Arteaga es un jugador principalmente ofensivo, y porque Brown es únicamente un escolta tirador de 2,16 metros. Ni está ni se le espera en labores defensivas destacables.
Zamora hizo debutar a Emil Stoilov, que disputó ocho minutos de juego. Nada mal para un rookie, que hizo lo que pudo. Extraña mucho más los cinco segundos de Adams Sola, o los 16 del capitán Vicedo, ya recuperado del Covid. ¿Irá entrando en rotación, o este reparto de minutos será el habitual? Ahí lo dejamos.
El caso es que Retabet Bilbao Basket sumaba con facilidad ante la pasividad de los nuestros. Una vez más, en cuanto se subió un peldaño atrás, la confianza apareció en el otro aro. Ayer el protagonista fue un excelente Aleksa Avramovic, imparable frente a la tibieza defensiva del rival.
El serbio las anotó de todos los colores y provocó once faltas, liderando un parcial decisivo de 1 a 15. Salió a punto por minuto (26) y cifró en 36 su valoración. Fuera de Aleksa, chispazos de Roberson (4/7 en triples), al que se le siguen echando de menos más sistemas que provoquen su aparición. Todo el balón que amasa Gentile, o buena parte de él, debería ir para Roberson.
No quita ello que Gentile sea un jugador bastante aprovechable, especialmente ante defensores pequeños. Pese a que estuvo más participativo, volvió a ser el jugador que más tiros lanzó (11), sin llegar al 30% de acierto. Javi Zamora tendrá un nudo más para desatar cuando llegue la reaparición de Edwin Jackson, más pronto que tarde.
Uno de los damnificados podría ser Giedraitis, al que le está costando su responsabilidad en ACB después de una aparición fulgurante. Ayer solo jugó un minuto en la segunda parte. Sintomático, aunque la exhibición de Avramovic le dejó sin opciones.
Volviendo al partido, Bilbao jugaba a tirones y sobre la inspiración impresionante de Alex Reyes (5/6 en triples) –volvió a cumplir Estudiantes con su ley de hacer internacionales a algún rival-, pero no inquietó en exceso al Estudiantes. El partido se volvió parejo y el miedo se apoderó de los dos equipos. Demasiado en juego. Fueron ellos los que más nerviosos se mostraron: tras una técnica a Rousselle y un triple de Avramovic, el Estudiantes mostró mucha más confianza para el momento clave.
Arteaga, a su manera
Tras la ya habitual aparición del Instant Replay -más tensión al cruce del alambre-, apareció él: el pívot titular del Estudiantes e internacional con la selección española. Víctor Arteaga, tan criticado, debatido y discutido entre los aficionados colegiales (y en esta web también), culminó su buen partido con el palmeo final, a 1,5 segundos de la bocina. Hizo justamente lo contrario que Brown ante Unicaja: anotar muy cerca del aro. Por cierto, el bueno de Alec, cuando penetra Avramovic, se queda en el triple en vez de ir al rebote. Tú hubiera ido, yo también. Él, con 2,16 metros de tallo, no.
https://twitter.com/MovistarEstu/status/1335579748723019783
Arteaga se reafirma una vez más. En realidad lo lleva haciendo toda la temporada. Es mucho más constante y fiable que otros años. Muestra más seguridad y confianza; sus compañeros con él también. Y aunque mejora en todos los aspectos año a año, hablamos fundamentalmente del ataque claro, en defensa es otro cantar (por eso el contrapunto de un jugador como Ángel Delgado es tan necesario). Pero si lo fuera no estaría aquí y se lo rifaría la mitad de la liga. ¿Un siete pies nacional al que se le caen los puntos de las manos y encima defiende con contundencia? De esos no se encuentran.
Bocina y gritos de desahogo entre los jugadores de verdad (no me acostumbro a tal horror) en medio del silencio de Miribilla. El funambulista había llegado al otro extremo del cable con éxito. Si al equilibrista le quieren llamar Javi y apellidar Zamora, el susodicho gana crédito, porque los resultados en el deporte profesional mandan por encima de todo. Primero, la salvación. Luego, todo lo demás.
Ya hay otro cable tenso, elevado sobre el foso, preparado para la próxima función: será en Madrid, ante Valencia Basket, el domingo 13 a las 12:00 de la mañana.
Fotos: A. Arrizabalaga- Retabet Bilbao Basket
0 comentarios