Fin de temporada: Nik Caner-Medley
Una montaña rusa. Así ha sido la temporada en la que Nik Caner-Medley volvía al club de su vida. Tras una espectacular pretemporada, Caner-Medley pronto evidenció que no era el Nik que se fue con 24 años. La mente iba más rápido que las piernas, y sus registros fueron bajando a medida que avanzaba la temporada. Quizá con el americano en una buena forma, Estudiantes podía haber aspirado a más.
Los hechos cantaban y Nik no pasaba por un buen momento. Ni en lo deportivo (partidos de cero puntos o valoración negativa, algo extraordinario en su carrera ACB) ni en lo personal, donde sufrió la muerte de su abuela y de su perra. Le afectaron de manera considerable, pese a encontrarse muy a gusto en la ciudad y en el ‘Estu’.
Ya eliminados de la competición europea, la reducción de viajes y la mayor tranquilidad reposó en Nik, y mejoró su temporada de manera considerable. Recordó, en este tramo final de campaña, al ala-pívot de hace más de un lustro. Datos sobre la mesa, Caner-Medley ha promediado 18,1 puntos y 17,9 de valoración en las últimas cuatro jornadas, líder indiscutible de la plantilla. Al final, sus promedios de la temporada han sido de 9 puntos y 9 de valoración que muchos firmarían.
Pero él mismo sabe que puede y debe jugar mejor, con especial urgencia a su acierto (50% en tiros de campo, 30% en triples).
Su futuro
Al 70% seguirá en Movistar Estudiantes. Su buen tramo final de temporada y, sobre todo, su incondicional amor por el club hacen que sea un fijo en los planes de la directiva. El porcentaje de duda lo otorga, como en otros casos, la llegada de un entrenador a favor o en contra del jugador. Aunque, a diferencia del caso de Dago Peña, su cláusula de salida es bastante más alta y el Estudiantes podría no estar dispuesto a llevarla a cabo.
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