Willy, que lo vemos todos
Hace justo un mes escribía sobre Berrocal. Estaba sentenciado tras la derrota en Gran Canaria. La directiva, esa semana, le otorgó crédito hasta enero. Desde entonces, el Estudiantes acumula dos derrotas, una victoria por la mínima ante el Burgos en casa y, lo más preocupante, ausencia de síntomas de recuperación. A la LEB de cabeza.
Los males endémicos de la plantilla de esta temporada los puede adivinar cualquier mínimo interesado, pero Willy Villar, director deportivo, no parece enterarse. O eso o no hay solución (sustitutos), que no sé que es peor. Falta un pívot de referencia y un entrenador al que la ACB no se le quede grande. 13 partidos y 10 derrotas después, la paciencia se ha acabado.
Sintomático lo de hoy. Pese a la igualdad del partido, el 75% de los asistentes al Wizink Center conocían el futuro inmediato: otra derrota más. Otra decidida por demérito colegial, con varios fallos imperdonables en los minutos finales. Todos tienen que ver con la intensidad defensiva: pasillo de Clavell a Vives o Cook pasando de cuarto un bloqueo y dejando tiro liberado a Van Rossom.
Y ya no es noticia: sigue el día de la marmota en el Ramiro. Hay jugadores que no dejan de restar cada segundo que están en pista: Arteaga, Vicedo y Hakanson se llevan la palma. El pívot ha jugado dos minutos en los que le han anotado, en su cara, seis puntos. Además, ha fallado una canasta a centímetros del aro. Con sus 2,15 metros.
Hakanson está a años luz de ser un suplente digno para Cook. A años luz del Ludde de la pasada campaña, que dejó varios momentos para el recuerdo. Y lo de Vicedo entra en la escaleta de Cuarto Milenio. Hoy además con más opciones por la baja al descanso de Gentile. Pero nada. YouTube hace mucho daño.
Los de siempre
He leído, sorprendido, a gente diciendo que el Estudiantes ha jugado un buen partido, uno de los mejores de la temporada incluso. Nada más lejos de la realidad. Han jugado dos jugadores a un nivel superlativo. De equipo, cero.
Si Estudiantes ha tenido opciones de llevarse el partido ha sido gracias a dos nombres. Ellos son el Estudiantes esta temporada. Ni uno más, ni uno menos. Son Darío Brizuela y Nik Caner-Medley. El primero, 31 puntos y referente omnipresente, el segundo, 10 puntos y 13 rebotes, a cual más peleado. El americano ha logrado que, por momentos, el partido se pareciera a los de antaño, cuando la afición y equipo congeniaban en uno solo. Las ovaciones a Nik se quedan cortas.
Me imagino sus impotencia, también la de Darío. El equipo no remonta porque cada partido es una improvisación. Clavell, puntos en algunos partidos, gestos en todos. Al menos se le ve implicado. Gentile, fuera de forma y hoy lesionado. . Jankovic irregular y Perl -¿os acordáis de él- brilla por su ausencia. Willy Villar, aquel que acertó con las contrataciones de Edwin Jackson y Sylven Landesberg, no ha estado acertado este año.
En rueda de prensa:
«¿Piensa tirar la toalla?»
Berrocal: «Ni de coña»
Palabras que no se transforman en hechos. A Villar habría que decirle que rectificar es de sabios y el Estudiantes necesita una detallada y pronta revisión. O la LEB será la competición que incluirá el abono de la fiel afición la próxima temporada.
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