Con asterisco
Ahora ya sí: Estudiantes marcha, con cierto esfuerzo, hacia la última cuesta del camino empedrado que conduce a la ACB. Quedan pocos kilométricos, pero son los más duros. Ayer se comprobó: bajar los brazos es sinónimo de relajación y, por ende, de complicaciones. El Estu padece ciertos momentos de desconexión (que ya provocaron, entre otras cosas, el descenso a LEB), propicios para que su rival se enganche al partido y sueñe con la victoria. Valladolid casi da el susto en un mal partido de los de Epifanio, dependientes del acertado día en el tiro de Jonny Dee (por fin).
Así que más nos vale tomarnos el triunfo con mesura y precaución: por cómo se consiguió, y por todo lo que aún queda.
Pero bien es cierto, que si dejamos el purismo aparte, te firmo ganar todos los partidos del Playoff y de la Final Four de 1 y ser equipo ACB el año que viene. Como si tiene que ser con una rotación de seis jugadores, con ocho técnicas o con robos arbitrales. En ACB hay que estar por lo civil o por lo criminal. No hay otro pensamiento posible.
Los Playoffs no serán fáciles. Nadie regala nada y los buitres están más atentos que nunca. Cada fallo penaliza, y el Estu anda cortito en cuanto a sensaciones. Creo que sí son conscientes del momento tan importante, y que la mentalidad es la adecuada. Pero faltan ‘feelings’, y eso es una cosa difícil de explicar.
Ayer el Palacio-que lució una de sus mejores galas- vivió tres partidos en uno. El primero, cargado de temor, en el que el Valladolid llegó a estar 9 puntos arriba (4-13). Los de Pucela demostraron el buen trabajo de scouting, y detuvieron a la mejor arma del Estudiantes, Larssen, con efectivas ayudas y negando la posición en la pintura. El interior colegial no estuvo cómodo en ningún momento, pero acabó con seis rebotes y cuatro asistencias. Larsen fue el mayor asistente del Estudiantes: sintomático para él y con respecto al equipo. Asterisco.
Hubo un segundo partido, más animado para el lado demente. Estudiantes subió su nivel defensivo y provocó pérdidas en las posesiones vallisoletanas. En general, los de Epi igualaron el encuentro debido a los males visitantes, muy similares a los propios: sin circulación de balón, inoperancia en estático y problemas en los tiros libres. Al Valladolid, además, hay que sumarle el 1/15 en triples. Es decir, a poco que hubieran estado enchufados, esto va 0-1. Asterisco.
Este segundo encuentro dentro del encuentro fue el más largo. Fue casi todo barro, que es por otro lado lo habitual en Playoff: más nervios, más tensión, más fallos, más precipitaciones. Estudiantes seguía desconectando en varios balances defensivos -cabreos de Epi incluidos-, y sufriendo de lo lindo en la captura del rebote. Valladolid cogió 11 más, aunque de poco le sirvió.
Estudiantes tiene que agradecer la victoria de ayer a Jonny Dee, que cuajó su partido más completo desde que viste de colegial. El americano, a la vista está, no ha realizado una temporada a la altura de su estatus en LEB. El tirador, y esto es anotación personal, juega mucho y mal por su extrema irregularidad. Hoy salvó los muebles en el día más importante. Si vino para esto, genial, pero dudo que Dee se vaya a los 20 puntos este domingo. Y el Estu, si pretende vivir de ello, apañado va. Asterisco.
El tercer partido dentro del partido empezó con un +14 del Estudiantes. Yo, iluso, me levanté en Tribuna tras el cuarto triple de Dee y dije: «bueno, pues ya está». Pues no, no estaba. Esto es el Estudiantes, uno, y dos, sometido a una presión evidente por su condición de favorito: osea, iba a haber pájara. El Valladolid, poco a poco, fue recortando diferencias. Por fortuna, les faltaron minutos y acierto. Ganó el menos malo en un final enrevesado en el que lo único bonito fue el triple de Beirán desde la esquina. Otro que ha bajado su rendimiento, pero que vino también para momentos y canastas así.
Hay poco más que contar, más allá de que el Estu cerró la victoria sin verla peligrar de verdad. La sensación era que el partido estaba controlado, dentro del caos y la tensión del último cuarto propio de municipales (8-12).
Mención especial a la Demencia, que sumó efectivos como antaño para elevar el ambiente del Palacio. Fue uno de los mejores en LEB y, sin duda, el más agresivo en cuanto a decibelios. Algo cercano a la caldera que debe ser el campo para el rival si el Wizink es el elegido para la Final Four (que lo será, ya os adelanto).
Con toda seguridad, el domingo (12:30) será otra historia. Veremos un Valladolid más atinado y un Estudiantes menos encorsetado. Hay que borrar los asteriscos y ganar de verdad. O ganar con cientos de ellos. Es igual: ya saben lo único que nos importa a estas alturas. Los puristas para la liga regular.
Fotos: J.Pelegrín
2 comentarios
Capitán Ahab · 28/05/2022 a las 18:48
No subimos. Lo veo claro.
Javier · 28/05/2022 a las 23:09
El objetivo está difícil pero se conseguirá.