23 de mayo de 2023, Diario de una Ascensión.

Justo un año después me dispongo, de nuevo, a abandonar el campo base para iniciar la ascensión. Este año ha sido más complicado, y el campo base está en peores condiciones: más desordenado, más salvaje. Muchas ventiscas y frío en esta durísima montaña a la que ya me he acostumbrado. Muchas, demasiadas, caídas que me impidieron seguir el ritmo de los dos primeros escaladores. Uno hizo cima (se nota que vive rodeado de montañas) y al otro le veo descender justo ahora. Es un viejo conocido y lo volverá a intentar ahora junto al resto.

El viernes saldremos él, yo y otros seis camino a la cima, aunque solo uno pondrá la bandera en lo alto. En mi caso, cambié a mi jefe de expedición y estoy expectante con lo que viene. Tengo una mezcla de ilusión, miedo y resignación, pues sé que no llevo el mejor equipamiento de los ocho. Quizá por eso, afronto esta etapa con mayor prudencia que en mi primer intento hace un año. No quiero cometer los mismos errores, y menos tan cerca del pico. Eso sí, nadie de los que vamos ha estado tan cerca de hacer cumbre como yo, así que espero que esa experiencia, que ese conocimiento de la parte final del camino, juegue a mi favor.

El objetivo inmediato es alcanzar la siguiente base, la última antes de la Cima. Aún no sé exactamente dónde se ubicará, pero mi objetivo es estar allí el 17 de junio. La única certeza es que es la más angosta, pues el espacio es reducido y apenas caben cuatro tiendas. A ver si la azul, la mía, es una de ellas.

Volveré a escribir para entonces. Es lo mínimo que mi equipo espera de mí.

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Reconozco que he perdido interés de manera progresiva esta temporada en cuanto al seguimiento del Estudiantes. Me he perdido partidos y, por primera vez, me ha dado igual. Por primera vez hasta se me ha olvidado que el equipo jugaba, y ya he mirado el resultado bien entrada la noche.

Supongo que es éste es uno de los síntomas más comunes de la desafección que el club muestra y demuestra para con su afición en los últimos años. Estoy seguro de que no soy el único al que le cuesta seguir, semana a semana, la deriva del club en la categoría de plata. Vamos, que tengo el pleno convencimiento de que es un pensamiento general.

De igual modo que sé, y sabemos, que vamos a estar a tope con el equipo en estos Playoffs, un formato que es lo mejor que existe en el baloncesto profesional. Esos partidos a cara de perro, en el que arrastran, unos y otros, tiranteces, piques y cuentas pendientes. Esa tensión por seguir camino al objetivo o adelantar las vacaciones y, a su vez, la decepción de tu hinchada.

Será Burgos el rival de esta primera fase hacia el Retorno. Un conjunto que asustaba por sus logros en ACB y en Europa, hace no tanto, y que era uno de los principales favoritos al ascenso directo. Y Burgos es el Estu del año pasado. La LEB golpea y siempre, por mucho que te avisen, es más dura de lo que esperas. Con el cartel de favorito ha decepcionado, pero es peligroso.

En realidad, la segunda plaza de ascenso a Liga Endesa está muy abierta. Ni siquiera Palencia, el único perseguidor del Andorra hasta el final, puede verse como favorito. Porque da bastante igual haber quedado segundo o quinto de cara a la F4. Dos partidos que tienes que ganar. Dos partidos ante dos buenos equipos, sean cuales sean. Todos con virtudes y defectos. Incluido el Estu, que aquí nos gusta flagelarnos pero dudo, honestamente, que un rival nos quiera tener enfrente en esta fase.

No todo es Madrid

Presentará grandes números de afluencia el Wizink el viernes (20:00) y especialmente el domingo (20:00). Sí. Pero.

Pero habrá gente de Burgos, punto uno. Punto dos, veremos si el Estu es capaz de sacar los dos partidos como local. Y punto tres y más importante: en caso de no hacerlo, hay que ganar lejos de Madrid. Y ese, claramente, es el principal reto de este equipo, que se deshace como un azucarillo cuando abandona la capital.

Por esa debilidad conocida, sacar los partidos de Madrid es más vital que nunca. Creo, y esto ya es opinión personal, que esto acaba o 3-2 o 1-3. La doble prórroga y victoria frente a Burgos de hace escasas semanas es un buen punto de partida, especialmente en lo anímico.

Estudiantes llega a los Playoffs en un momento óptimo. De resultados y sobre todo en cuanto al nivel de sus mejores hombres. Sobre Larsen pivotará todo -y nunca mejor dicho-. El interior llegó fundido a la F4 del año pasado, y el equipo notó mucho ese bajón. Ahora parece que llega en condiciones óptimas, aunque sí el Playoffs es largo (como parece) el staff tendrá que estar muy atento a sus minutos.

Para su descanso, llegó hace unos días Iván (voy a mirar el apellido porque tiene tela) Aurrecoechea con el objetivo a su vez de paliar uno de los problemas más acuciantes del equipo: el rebote. En ese sentido, Smith debe dar un paso adelante y ser ese jugador total a ambos lados de la pista. Y complementarse con Jawara, el más experto, junto con Larsen, de estas fases finales. Que se note, hombre.

Claves escondidas pueden ser la omnipresencia de Sola, que ha tenido una temporada irregular, pero que su eminente perfil defensivo se antoja fundamental en un win or go home. Otros con puntos como Leimanis (junto con Larsen el único sin un sistituto de garantías), Hughes o Jorgensen deben tener los galones que se les presuponen. Y, por cerrar, los puntos de la segunda unidad, con Rubén Domínguez a la cabeza. Me sigue faltando un alero que tendría que haber llegado tras la lesión de Alderete.

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Lo dicho, doble cita en el Wizink donde hay que hacer notar el factor cancha. Lamentablemente, porque esto se debería regular, un aficionado del Burgos puede comprar entradas en cualquier sector del Palacio. Pues bien que mandan a la Demencia a una esquina en la mayoría de campos visitantes y aquí, si quieren y se ponen de acuerdo, pueden ocupar media Tribuna. ¿Por qué no incentivar primero la venta de entradas a abonados y, después, abrirlas al público general pero solo en el segundo piso?

No sé, serán pedradas mías.

 

Fotos: J.Pelegrín