Olvidar con una Copa

Publicado por Victor Plaza en

Acabas tu periplo por Europa. «Ha sido corto». Te esperabas más. Estás triste y rabioso. Ellos, peores que tú, te han ganado en tu casa. Digo más: te han remontado en un partido nefasto. No volverás a Torrejón, al menos esta temporada. Pero te quedas con lo que vendrá. Piensas en futuros planes.

Te pides una Copa. «¿Champions, qué es eso?»

Pero antes, la realidad:

No llegó a hablar de fracaso, pero Willy Villar dejó bien claro en todas las entrevistas que clasificarse para la Basketball Champions League era un «objetivo claro». Movistar Estudiantes se había preparado a conciencia para disputar las fases previas. Tres en concreto, con el objetivo de estar un año más en Europa. Una pretemporada muy física y tempranera. Amistosos de renombre con notas irregulares.

Y no podrá ser. Se conocía la dificultad de las previas. Más que por el nivel de los contrincantes, por lo apretado del calendario y los miles de kilómetros de viaje. Es lo que tiene quedar undécimo en la clasificación de liga y perder basketaverage con Murcia y Fuenlabrada. El baloncesto es un deporte de cientos de detalles. Y cualquier aficionado, jugador o directivo del Estudiantes comprende que se pudo sacar un rédito mayor a la campaña anterior.

Una eliminación merecida

Pero vayamos al presente: el cansancio. Las quejas por los viajes y los partidos eliminatorios en fechas aún de pretemporada. Pero, sorpresa, Y no agradable. Estudiantes está eliminado de Europa sin muestras de desgaste físico. Ayer en Torrejón, los nuestros corrían más o igual que los polacos. Físicamente, el equipo estaba en forma. Llegaban a balones sueltos, palmeaban rebotes, aguantaban las embestidas de los polacos. Hasta el último segundo. El problema es otro, y eso es lo preocupante. El Estu está fuera de la competición por deméritos propios. Por desconexiones en momentos clave. Por faltas estúpidas. Por precipitaciones y acelerones sin sentido. Por determinados jugadores que mentalmente están de vacaciones, o eso han demostrado hasta ahora. Por falta de acierto en los últimos minutos. Por una plantilla de menor nivel a la del año pasado, sin Landesberg ni Brown. Y sí, el rival también juega, pero el Torún las pasaría canutas para mantenerse en ACB. Eran un conjunto muy, muy, muy inferior al Estudiantes.

Ya se sufrió más de la cuenta ante los suecos. Incluso el partido de ida en Polonia, con dominio estudiantil, no se transformó en un resultado abultado. La vuelta ayer en Torrejón reúne todos los males y errores. Todo lo que pudo salir mal, apareció. Unos polacos muy aguerridos y, sobre todo, valientes. Los nuestros, agazapados por los nervios y sin una referencia ofensiva. Es más, sin casi ideas o sistemas en ataque. A la improvisación, al 1×1, al recurso más evidente. Con problemas en el tiro de tres (2/19) y un sonrojante 15/28 en tiros libres. Vamos, que hubo más acierto de dos que de la línea de personal. Fantasmas del pasado.

Por mucho que algunos insistan en lo contrario, no hay que olvidar que la Champions ha sido, es y será siempre un extra, un subir la nota. El examen, la temporada real, donde los niños se hacen mayores, la ACB, empieza el domingo.

El final recordó al despiporre veneciano del año pasado, con el veterano Cook jugándose un triple a la desesperada, de los suyos. Clavell no se encontró. No será Jackson ni Landesberg, pero el Estu necesita un líder sobre el campo. Mientras, Suton desaparecido en combate (es más de finales de temporada) y Jankovic y Brizuela vivieron pendientes de los árbitros (sin mucha razón) jugada sí, jugada también. Crispación elevada, dañina. El interior, como no se tranquilice, le puede caer una técnica por partido en la ACB. El capitán, Vicedo, está pasando por una racha de juego horrible. Y el Estu necesita ese alero titular que dé un paso al frente.

Caso aparte el de Víctor Arteaga. Ni está, ni se le espera. Algunos entienden ahora por qué Maldonado apenas le daba minutos. No se los gana, por más que lo intenta. Y eso que ayer colocó hasta cinco chapas. ¡Ay esas engañosas estadísticas (13 de valoración) para cualquiera que no presenció el encuentro! Comete errores de infantil, desconexiones impropias de un profesional. Como que no está en el partido, como que funciona a una marcha inferior al resto. Con sus 2 metros 15 centímetros, le comen la tostada. La derrota, es evidente, siempre es una culpa compartida, seguro, pero lo de Arteaga no es cosa de un día. Además, el chaval no tiene la culpa de que sea la suya, la del pívot, la posición más débil de la plantilla. Antes, Alec Brown salvaba el corte con sus 10-15 puntos por partido. Era un complemento ideal. Veremos ahora.

Salvamos a Perl, la única baza ofensiva de garantías en el desastre de Torrejón. Un pabellón, por cierto, que respondió y apoyó al equipo, más aún cuando Torún se marchaba de diez, de once y avanzando sin compasión. El último minuto fue trágico: impotencia, rabia, cabreo.

El Estu deja de competir por uno de sus objetivos sin dar una imagen de confianza para lo importante, que llega este domingo. La Liga Endesa, a la que los colegiales llegan muy rodados, pero también tocados del coco. 

¡Camarero…

El basket, como la vida, da muchas vueltas. Si hoy parece todo negro, mañana puede ser azul. Las semanas se avecinan largas con un solo partido a la semana, más aún habiendo jugado dos la temporada pasada. Pero hay un objetivo bonito y motivador. Es el más cercano, desde este domingo y hasta febrero. ‘Solo’ hay que quedar por delante del Fuenlabrada del amigo Lucas. Será divertido.

… una del Rey!


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