Tarantella en Madrid
Las fiestas de verdad van de menos a más. Nada de llegar y que ya esté el tinglado montado. Hay que ponerse a tono, coger confianza y bailar hasta el último minuto. Ale Gentile lo hizo ayer. De una primera parte insulsa y desesperante, a una segunda de héroe, repleta de recursos. Como la tarantella, un baile típico italiano que evoluciona de movimientos suaves a un ritmo constante, bello y coordinado. Ayer, función vip en el Wizink.
Una función de un solista. Y qué solista. Con más clase que el resto, y el más irregular de todos. ¿Nos da un poco de miedo depender de Gentile? Queda feo decirlo con la lección de baloncesto que dio ayer, pero esa fue mi primera sensación tras el partido.
Entendedme: siempre es mejor ganar con cuatro jugadores enchufados que con uno solo, siendo lo primero menos épico. Gentile se llevó todos los elogios…a su manera. Cuatro puntos llevaba al descanso, hizo 30 en total y 18 en el tercer cuarto (solo uno menos que Gipuzkoa). Una tremenda locura en todas sus vertientes.
Suerte para nosotros, porque el día del resto (salvo Arteaga), fue nefasto. Y no era el momento porque Gipuzkoa -Acunsa se hacen llamar ahora-, sí era un rival de nuestra liga, no como el derbi. Y al descanso cundía la amargura propia de otros años. Vale que no había nada en la tele más entretenido, pero la primera parte fue para poner Telecinco.
Leía al descanso comentarios positivos sobre nuestra defensa al menos. Que no, que ni eso. Que Gipuzkoa tiene una pinta horrible y son, seguramente, clarísimos candidatos a LEB. Su bajo nivel posibilitó que pese a nuestro horrendo partido, solo marchásemos tres abajo en la primera mitad.
Si Gentile fue el faro de la segunda parte, Arteaga era la única luz en los dos primeros cuartos. Nueve puntos que fueron mucha vida para mantenerse en la cuerda. Mientras, Zamora le buscaba compañero en la pintura. Delgado fue titular, y visitó el banquillo a los dos minutos tras dos errores defensivos Brown ni fu ni fa, y Koumadje y Djurisic, inéditos. Hasta probó con Vicedo de cuatro sin ningún éxito.
El caso, costaba un mundo sumar cualquier punto, Arteaga aparte. El Estu falló quince triples en la primera mitad, Dovy y Roberson a la cabeza. Avramovic, en esa rotación infinita de cambios, tampoco estaba a tono. Alarma, pero no total, porque Gipuzkoa acumulaba pérdidas por doquier. E, insisto, sin realizar una defensa merecedora de ellas. El 13-41 de valoración camino de vestuarios reflejaba lo engañoso del resultado real: 27-30.
Bailando hasta que todo acabe
Ya no importa lo que digan y menos lo que callen
Que nos miren, que sientan, que rían, que se unan al baile…
Es de IZAL, por aquello de citar las fuentes.
Comienza el tercer cuarto. Suena la tarantella en los altavoces del Palacio. Let’s go, Ale. No pierdan el tiempo aquí, si quieren, y mírense el vídeo de esos 10 minutos de Gentile. Por fin leyó bien el italiano la defensa del rival. Se acabó eso de tirarse triples como en la primera parte. Triples que con suerte tocan aro. Cómo van a hacerlo con esa mecánica tan suya. Está claro que tiene carta blanca para hacer lo que quiera.
Donde Gentile hace daño es dentro, posteando, cuerpeando. Llevó a su par, sea cual sea, al poste una y otra vez, previo aclarado. Y por izquierda, por derecha, paso atrás, paso adelante. Una y otra vez. También en carrera, también cayéndose, también con 2+1. Festival con el baile de fondo. Y Gipuzkoa mirando, sintiendo.
No importa lo que digan. Desde que Gentile está aquí, el Estudiantes es otro. La confianza que da al resto de compañeros no está pagada. Su clase y su talento, tampoco. Que no desborde, que no se vuelva loco, que controle (o le controlen) esa cabeza, y el Estu no pasará problemas.
Ayer Ale cogió galones en un día gris del resto. En un día tan peligroso como importante. Vino para eso, más con la lesión de Jackson. No solo fueron puntos, si no IQ desbordada, y eso sí es novedad. Estudiantes empezó a encontrar soltura más allá de Gentile, y se abrió ese aro que había estado tan cerrado. Que se unan al baile.
Contagio en defensa
Gipuzkoa daba leves muestras de querer entrar en partido, sobre todo por medio de Echenique, pero encontró a un Estudiantes mucho más aplicado atrás. Sirva como ejemplo Delgado. Aprendió la lección y rozó la perfección. No tenemos otro interior como él cuando existen desajustes. Puede defender a un pequeño y eso tiene mucha importancia en el basket actual. Y más como un equipo como este Estudiantes que le gustan más los cambios tras bloqueo que a un caramelo a un niño.
Contagio positivo en defensa, y también cambios en el banquillo. Zamora redujo la rotación, quizá por las buenas sensaciones en pista. Roberson y Ctevkovic compartieron más minutos que nunca, pero no se sacó el máximo rendimiento: el show monopolizado de Gentile no dio opción a más protagonistas. Y ni falta que hizo: Ale no fallaba ni una, 31 de valoración.
Clave fue dominar el rebote en el último cuarto, donde Estudiantes mantuvo y amplió una renta de lo más cómoda (¡ese baskeraverage!). La tarantella de Gentile no tenía fin, ahora secundado por Roberson y Brown. Aunque no tiene mucho sentido hablar de ellos: hoy todos fueron extras al lado del quizá MVP de la jornada.
No lo quería comentar porque iba todo muy bonito, ¿pero qué sentido tiene sacar a Sola para 15 segundos?. El chaval, un profesional como la copa de un pino, no le sentó mal y se le vio más que feliz. Eso es lo que importa, pero la acción sigue siendo poco justificable.
Bien o mal
Ganar de 19 tras ir pendiendo de tres al descanso, y que te vayas preocupado, solo es propio de (parte) la afición estudiantil. Que si dependemos de un jugador inestable, que si no hay sistemas, que si vaya primera parte ante el peor equipo de la liga, que vaya calendario viene ahora…los preocupados.
Y por otro lado, los positivos. Los que saben que este partido otra temporada se hubiese perdido y piensan que el flojo partido de varios jugadores clave es una anécdota que díficilmente se repetirá. Los que ven solidez y una manera de jugar con la que por fin se identifican. Los que repiten que estamos tres victorias por encima del descenso y ya hemos ganado a varios rivales directos.
Y por último estamos los que dependemos de cómo nos despertemos ese día para posicionarnos con unos y con otros. Hay que ver, oye.
Pero para todos, realismo: 4-4, mitad de tabla y cinco ‘ases’ por llegar: Joventut, Barca, Burgos, Unicaja y Valencia. ¿Seguimos bailando?
Fotos: J.Pelegrín
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