Tres culpables
Hubo grandes actuaciones en el derbi entre Real Madrid y Estudiantes, pero tres profesionales no estuvieron a la altura. Y decantaron el resultado. Si es tan evidente, vale la pena dejar constancia de ello.
Había transcurrido un minuto del segundo cuarto. Luka Doncic, posteando a Darío Brizuela, saca el codo a pesar y golpea en la cara del canterano estudiantil. Los colegiados pitan falta del defensor.
Al inicio del último cuarto, Sylen Landesberg encesta su enésima canasta y al bajar a defender choca su codo con el rostro de Doncic, con el que ya venía picado minutos atrás. La jugada parece no ir a más (ni siquiera la estrella eslovena protesta) pero cinco minutos después, durante un tiempo muerto, los árbitros recuerdan el encontronazo, revisan la jugada en cuestión y expulsan a Landesberg por doble antideportiva.
Desde el respeto a la labor arbitral y entendiendo la dificultad de su labor, los tres árbitros del derbi entre Real Madrid y Movistar Estudiantes no tuvieron un buen día. Sacando de la pista al líder del conjunto colegial mataron un partido que estaba precioso. Si el criterio hubiera sido el mismo para los dos equipos, Doncic también habría tomado el camino hacia las duchas. Pero no.
A Jiménez Trujillo, Jordi Aliaga y Alfonso Olivares les vino grande un siempre tenso derbi madrileño. En la primera mitad, apenas decretaban falta en los contactos que sufría Landesberg, e igualmente tras el descanso cada leve toque de un jugador blanco al alero visitante le llevaba a la personal.
Tampoco en el apartado de faltas técnicas estuvieron acertados. Felipe Reyes se ganó una con todo merecimiento, pero también Cook, Doncic, Taylor o Suton opositaron a ella. A medida que pasaban los minutos, la intensidad era mayor y la sensación era patente: a los colegiados se les iba el partido de las manos. Lo confirmaron con la extraña expulsión de Landeberg, que nadie en pista ni en televisión entendió.
Siempre da rabia caer en un derbi, más aún si el Estu ha hecho méritos para ganar, y todavía más si los árbitros toman un protagonismo tan elevado. Maldonado, en su línea, salió «muy contento» del partido. Que le pregunten a Landesberg si opina lo mismo. O a cualquier aficionado colegial. La Copa, más lejos. Y esta vez no por culpa propia.
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