Pánico escénico
Lo reconozco: no me he comido los sesos pensando en el título, que nunca antes había sido tan descriptivo. Sin pájaras mentales ni complicados laberintos: Estudiantes se acojonó en el momento más importante de la temporada. Sufrió el síntoma más letal del deporte profesional: miedo a ganar.
Por activa y por pasiva, el 10 de abril era un día marcado en rojo en el calendario. Porque a falta de siete jornadas, Granada, principal rival por el ascenso directo para Estudiantes, visitaba Madrid en un duelo absolutamente determinante. Lo sabían ellos, nosotros y el apuntador. Como conocían todos que el partido, lo que se dice rodado y sencillo, no iba a ser para ninguno.
Lo que no te contaron es que el Estudiantes, en teoría el equipo más potente de la competición, el campeón de la famosísima Copa Princesa, iba a salir con semejante espanto en el cuerpo. Que el majestuoso Wizink Center iba a hacer temblar las muñecas de jugadores experimentados, curtidos en mil batallas, casi todas de categoría superior. Que los de azul solo iban a meter 9 puntos -y gracias- en el primer cuarto. Y que esos mismos nueve puntos se dejaron de marcar desde el tiro libre. Pero claro, qué difícil es pelear en el infierno. Qué difícil manejar tu cabeza y tus piernas cuando te juegas el trabajo de 7 meses en 40 minutos. Qué difícil es, psicológicamente hablando, llevar el cartel de favorito.
Será complicado, pero no es perdonable. No. Porque desde el principio se mandaron dos mensajes muy claros, tanto desde el club como desde los medios que seguimos al mismo: solo vale ascender y la LEB Oro no es ningún paseo. Bueno, en ello estamos y nos están fallando.
El Estudiantes ha respetado la competición desde el principio. No creo que el problema actual sea un exceso de confianza. No. Hay causas, y cada uno valorará más unas que otras. A título personal, me parece que la lesión de Edwin Jackson no se puede cubrir. Si bien la lesión también importante de Poirier se ha cubierto con el fichajazo de Larsen, la del francés es otro cantar. Bien o peor, el de ayer era uno de esos partidos propicios para Jackson. Porque Urtasun no se puede vestir de héroe dos veces consecutivas. Porque Nacho Martín tiene gasolina para 8 minutos. Y ojo, que los dos son quizá los jugadores más en forma del equipo (junto con Larsen), pero dan para lo que dan. Y con Granada no vale un tramo de inspiración veterana. No. Vale conformar un equipo compacto, donde todos sumen, donde los jóvenes tengan descaro y muestren su talento, y en el que haya soluciones tácticas a los problemas que surgen en la pista.
En ese sentido, lo de ayer alcanza la categoría de desastre. Allá vamos.
Jota Cuspinera tiene defectos, como todo hijo de Dios. El principal es su escasa reacción en materia, es decir, con el partido avanzado. Si el rival le cambia su propuesta, o impone la suya, Jota no responde o lo hace muy tarde. Igual de bien que suele preparar los partidos, encaja los golpes como un principiante. Y queda noqueado durante minutos. Con él, el equipo. Si estamos en bonus desde el minuto 4 del segundo cuarto y no buscamos el aro con agresividad, tenemos un problema de lecturas. Si perdemos balones por cansancio y llegamos al final faltos de combustible, tenemos un problema en las rotaciones. Si monopolizamos los ataques en base al 1×1 y no circulamos la pelota, tenemos un problema de ritmo. De todo ello (y más) adoleció Estudiantes.
Claro que si Urtasun llega a meter el triple a la desesperada, estas líneas y este tono no sería el mismo. Pues claro: más que nada porque estaríamos a poco más de un mes de volver a la ACB. Ahora el panorama es un pelín más negro. Pero eso al final.
Sigamos con el partido. La suerte para nosotros es que Granada no estuvo mucho más acertado, ni mucho más valiente. El sentimiento general era unánime: quién menos fallara se llevaba el gato al agua; el que encadenara tres acciones positivas, y solo tres, en los dos aros tendría la victoria en su mano.
Hubo ciertos conatos para decantar la contienda a uno u otro lado. Granada lo jugó al inicio del segundo cuarto, con un +9 y un Estudiantes más asustado que pavo por Navidad. Los locales ordagaron a poco más de cinco para el final, con un +6. Y ahí, otro vez más, el miedo escénico del inicio. El pavor al triunfo.
La diferencia entre un momento y otro es evidente: al inicio existe tiempo para enmendarlo, al final no. Y el Estu, presa del pánico, casi ni sumó en los dos últimos minutos. Granada había logrado colocar el partido en la casilla justa. No había permitido correr al Estu y había maniatado sus opciones en ataque estático. Tan solo 1×1 y balones colgados a Dos Anjos, que te quita en defensa lo que te da en ataque.
A todo esto, colaboró en el fatídico final el cansancio de los jugadores del Movistar Estudiantes. Jota tardó un mundo en mover sus piezas, especialmente en la segunda parte. Rubén Domínguez no dispuso de minutos, como en el partido de Copa. Jota parece haberse olvidado de él ante la aparición de Urtasun. Hace una semana tiene un pase por el partidazo del veterano, ¿pero ayer, cuando ningún jugador estuvo acertado? Sacas a Rubén unos minutos, que se juegue dos o tres (porque además es cómo mejor produce) y, si no funciona, pues has intentado otra vía. Luego hay casos de poca fortuna como el de Beirán, que estuvo más en el banquillo que en pista. Y cuando salió, el capitán no apareció. Entre el caos, esta vez no otorgó orden ni confianza. Fue uno más. Un asustado más.
Faggiano, por ejemplo, o Urtasun, o Dee, son claros ejemplos de precipitación ofensiva. A Granada le bastaba con dominar el rebote defensivo para disminuir las opciones colegiales. Salvo con Larsen, lo consiguieron. Realmente, el Estu jugó su partido más importante con solo una garantía ofensiva: Larsen. Así es muy difícil generar puntos, especialmente en los últimos dos meses. Ya al final, dos triples consecutivos de Christian Diaz y Lluis Costa (al que tanteó Estudiantes este verano) dieron la batuta del partido a Granada. No la soltaría más. Bropleh puso la puntilla.
Hablando mal y pronto, el final fue una mierda. Eso de que se te escape un partido sin que puedas pedir tiempo muerto hay que revisarlo. ¿Por qué en NBA el entrenador puede gastar un tiempo muerto aún con el balón en juego (siempre que controle la posesión), y aquí no? Llevo años haciéndome la pregunta y necesitó escuchar una respuesta lógica.
Y el final recordó al descenso. Vi caras similares en la grada. Sentí cosas parecidas. Habrá que ver cómo se recupera Estudiantes del primer gran jarro de agua fría de la temporada.
Porque seamos sinceros: el ascenso directo es ahora una utopía. Debería Granada dejarse dos de seis partidos que quedan de liga regular, contando que nosotros ganamos todo. Vamos, un sueño húmedo además de inmerecido.
Entonces qué. Pues al playoff, gente. En Lucentum Blog lo explican bien. No queda otra. A por la otra plaza de ascenso en juego. Un caramelo envenenado a la vez que motivador. Quién sabe si habrá final en el Palacio entre el Girona de Marc Gasol (por ejemplo) y este Estudiantes. Cómo será ese partido. Y, sobre todo, cuánto miedo escénico habrá entonces. Realmente, no me lo quiero ni imaginar.
Fotos: J.Pelegrín
6 comentarios
Ava25 · 11/04/2022 a las 03:15
Habría que ir planteando la destitucion de Cuspinera, no???
Mucho me temo que en Playoff somos infinitamente más vulnerables que en liga regular. Nos coge Marc y a ver que hacemos. Otro año en leb
Iñaki Sanjurjo · 11/04/2022 a las 12:22
Buen análisis, pero me falta algún comentario sobre los señores colegiados. Pitaron varias faltas dudosas y el banquillo del Granada no dejó de provocar desde antes del salto incluso. Imagino que los árbitros también necesitan lucirse contra el Estu para agradar a la feb.
Saludos
Gripero · 11/04/2022 a las 23:54
A Cuspinera lo echaron del Zaragoza y del Fuenlabrada, y no creo que fuera por guapo ni por feo. Grandísima decepción.
antónimo · 12/04/2022 a las 00:00
Todo el mundo hablaba mucho ayer de un hipotético playoff contra el Girona de Marc Gasol, pero ese playoff no es tal, si Estu jugara contra los de Marc sería a partido único, lo cual es una noticia aún peor porque el “glamour” lo pondría Marc…
O eso entiendo yo aquí:
http://www.feb.es/Documentos/Enlaces/%5B6136%5DBBCC%20Liga%20LEB%20Oro%202021-2022.pdf
Nacho · 19/04/2022 a las 09:17
Victor, el titulo para tu siguiente artículo «Pánico escénico (y II)». Cada vez están más inseguros y si Beiran y Djurisic no aparecen…mala pinta tiene esto. Cualquiera de nuestros rivales en playoff jugarán con más traquilidad y menos presión porque tienen mucho que ganar y poco
Nacho · 19/04/2022 a las 09:18
y poco que perder quería decir. En fin, a ver si el domingo ganan y van cogiendo carrerilla. Y mucho ánimo para las chicas que tienen mucho mérito!