Ministerio del aburrimiento

Publicado por Victor Plaza en

Amanecía fresca Madrid, aún con sol. Típico día de enero en la capital de España, que estrenaba Gobierno. Pedro Sánchez, demente confeso, anunciaba la lista de ministros justo después del bocinazo final del derbi entre Estudiantes y Real Madrid. Cualquiera aventuraría que estaba viendo el partido. Y no sería descabellado acertar que lo dejó a medias en la primera parte, cuando Moncloa ya estaba lista para la comparecencia.

No se perdió nada el presidente. Es más, se evitó un disgusto. Otro más. Todo lo contrario de los más de 13.000 aficionados que estábamos en el Palacio. Qué tostón, qué aburrimiento y qué falta de todo. Soporífero es poco.

Por no haber no hubo ni ambiente, salvo momentos contados. Ya empezó torcida la mañana cuando el espectacular tifo de la Demencia-hoy al completo-se vino abajo por uno de sus lados. Después en la pista, la diferencia entre los dos equipos es tan grande, y el hartazgo generalizado tan evidente, que no se respiraba ni ilusión, ni confianza.

Fue un derbi tan descafeinado que ni el componente arbitral animó la contienda. Eso sí, brillante idea la de pedir por megafonía que no se utilizarán silbatos desde la grada. Por supuesto, fueron a más. La psicología inversa mal. Silbatos prohibidos, que no decibelios. Bajen esa música, por favor. Al menos eso.

A la afición, sufridora y fiel, se le puede permitir ciertas licencias en su mosqueo. Bastante tragan y pagan cada temporada. Pero jamás a los jugadores, que les va el sueldo en ello. En el partido más bonito del año, los profesionales del Estudiantes mostraron una apatía abismal. Una falta absoluta de pertenencia a una historia y a unos colores. Muchos en la camiseta, sí, pero de adorno. De la garra azul propia de los derbis, ni rastro.

Así llegaban las primeras lamentaciones de la grada. A cada rebote que se quitaban dos jugadores estudiantiles entre ellos. A cada balón suelto que no se peleaba por él. A cada triple liberado del Madrid, que si de por si son buenos, solos no van a perdonar ni una.

Poco o nada hizo el Madrid para distanciarse en el marcador. La simple energía del ambiente invitaba a un partido así. Al manos, la gente se entretuvo comentando la curiosa equipación, con más detractores que seguidores, he de decir. «Hasta el payaso de Micolor lloraría hoy«.

Se oyen voces cada vez más numerosas que piden la cabeza de Dzikic, hasta ahora incapaz de levantar a un grupo carente de pasión. La dimisión de Willy Villar sí representa un sentido mayoritario en la grada. No solo por esta temporada. Parte de la carga de la mochila que soporta el club son piedras suyas. Pero aquí todo sigue igual.

Horizonte vertical

Así se presenta el futuro inmediato del Estudiantes. Un calendario cuesta arriba, dificilísimo: Tenerife, Unicaja, Andorra, Valencia, Zaragoza y Barça. Casi nada. Y todo, encarando con 4 victorias y colista de la ACB. Es lo que tiene no haber hecho los deberes antes contra equipos de tu liga.

Del multicolor al negro. Muy negro.


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