Lexatin para todos
Ayer la Salud Mental ocupó buena parte del espacio mediático por una desagradable anécdota sucedida en el Congreso, así contado rápido para no aburrirles. Y por la tarde jugaba el Estu: peligrosa coincidencia, pues ya saben que ver al Estu es sufrir: corazón y cabeza. Y la combinación, otra vez, fue fatal. Los nuestros tiraron de sangre para remontar un partido cuesta arriba donde faltaron muchas cosas. Y la sangre corrió, hasta que la cabeza quiso. La precipitación, los fallos infantiles y un exceso evidente de nervios impidió una victoria que no estuvo lejos. Lexatin para todos y a otra cosa.
No es baladí argumentar que es en lo mental donde más está fallando este Estudiantes de Jota Cuspinera. Porque el equipo, en lo puramente táctico, juega distinto. Y en lo técnico, las ideas son mucho más claras ahora. Pero en el plano mental…ay madre, cuánto trabajo para corregir. Motivarse por encima de tus posibilidades cuando tienes ventaja, o cuando estás cerca de empatar. Y empezar a jugar a otra cosa, como si este fuese un deporte individual. Y cabrearte por cualquier factor externo, en concreto con tres, los de siempre.
Vale con detallar paralelismos con el partido anterior. Porque fue parecido si bajamos tres escalones en cada factor. El arbitral, ya que estamos. Pues un día más en la oficina de Génova. Otro robo en 20 minutos, en los primeros, donde el Estu tiró un tiro libre y el Joventut 16. Que sí, que puedes tirar menos tiros libres que tu rival, que es hasta normal para un equipo como el Estu, que apenas utiliza su pintura y evita los ataques en estático. Que sí. Pero no a esta diferencia, no es de recibo. «Aquí pitan todo», se le escuchaba a Barea, señalando el aro defensivo de Estudiantes. No le faltaba razón. Terminó explotando. Un fallo suyo, solo suyo, pero al que hay que poner en su contexto.
Otro factor: el del acierto. Es difícil igualar un 56% de triples como ante el Bilbao, como lo es -ayer- anotar el 24% de tus intentos. Si personificamos en Roberson, hizo un 1/7. Y el Estu, por mucho que esté sumido en un proceso de transformación y de ampliación del espectro táctico, sigue viviendo del talento de sus exteriores, de esas rachas de anotación necesarias para un equipo irregular y frágil en lo mental. Ayer no hubo nada de eso.
Si nos centramos en la defensa, pues es evidente: con 90 puntos recibidos va a ser muy difícil ganar un partido. Aunque aquí hay que destacar al Joventut, que desde el pick and roll con Tomic supo encontrar tiros cómodos en el perímetro, anotando cuando más apretaban los colegiales. Se nota el trabajo de Durán y el equipo compacto que es el verdinegro.
Era curioso notar -aunque quizá es sensación mía-como el Estu sufría más de la cuenta pero se mantenía a tiro del Joventut. Pero desde la tele parecíamos ver a un equipo más tenso y menos fluido que ante el Bilbao días atrás. Estudiantes reaccionaba al rival, sin lograr imponer su ritmo de juego. No se trata ya de tener miedo a ganar, si no de no terminar de creérnoslo. Y así, por supuesto, íbamos a llegar al final, que eso de partidos tranquilos no va con nosotros.
Desalojo por iniciativa propia
Y de la poca fluidez, a la nula. A inventar cosas raras cuando no tocaba. Jackson se jugó dos ataques sin sentido, Gentile tiró un triple, Roberson no se atrevió con el suyo…vamos, el mundo al revés y cada cual mostrando algo más difícil que el otro. Es decir, huir de los roles asignados y de los valores más intrínsecos de cada jugador. Y no está el Estu para inventar, ni para dispararse en el pie.
Lo recordó Jota tras un tiempo muerto. Si no se juega sobre lo que se trabaja, sobre lo que uno sabe hacer, pueden suceder estas cosas. A esos dos minutos de caos, hay que sumarles errores como no sacar de fondo a tiempo o como sacar el codo a pasear y terminar tu partido. Le pasó a Barea y lo vuelvo a decir: es de los pocos que protestan cuando más llueven los errores de los árbitros. Éstos no sucedieron en la segunda parte, pero el daño estaba hecho en la primera. Y, estadísticas en mano, fue un factor fundamental para decidir el ganador de ayer. Por lo que entendemos -que no defendemos- el cabreo de Barea.
El error del ex de Dallas acabó por tumbar las esperanzas de los nuestros, que anteriormente habían errado tres triples liberados y cometido dos pérdidas más, cuando más calentaba el encuentro. Además, Estudiantes mostró cansancio en el último cuarto. Hasta Avramovic había pedido el cambio (falta incluida) unos minutos antes. Es lo exigente del calendario, de la pandemia y de las rotaciones largas de Jota.
Un párrafo a modo de opinión. Cuspinera se equivocó manteniendo a Barea en pista, porque ni sus decisiones eran las acertadas (seis pérdidas de balón), ni parecía tranquilizarse con el paso de los minutos. Todo lo contrario. También Jackson disfrutó de minutos cuando apenas sumaba en ataque y hoy tampoco en defensa. Se podía haber aprovechado más la conexión Gentile-Arteaga, muy efectiva. O Djurisic y Vicedo, quizás, podían haber entrado más en la rotación para evitar el cansancio final, que incluso en algún triple que se quedó corto fue decisivo.
Por cierto, Lexatin también para mí, porque cada vez que veo a decenas de personas en la tribuna del Palacio, partido sí y partido también, me suben los demonios. Si es irregular, por supuesto. Y si es legal, al menos que el señor Patrocinador/Directivo de turno lo disimule un poco. Y no creo que llevar a niños a las gradas, como ayer, sea la mejor forma de lograrlo.
Zaragoza, Barça y Andorra
Movistar Estudiantes se iguala en partidos con los equipos del pañuelo, aunque con basketaverage ganado con todos. Una victoria por encima del pozo. Mínima. Pero la proyección es buena. Zaragoza (próximo sábado 20:45), Barcelona y Andorra ya esperan.
Fotos: J.Pelegrín
2 comentarios
Ava25 · 18/03/2021 a las 05:37
Buenos días.
Una pena el partido de ayer, lo tuvimos cerca aunque como bien dices las sensaciones no eran las mejores. Pero bueno que te gane la Penya siempre duele algo menos.
Me sigue sorprendiendo Jota, ayer cabezón con Barea y utilizando poco a Gentile. Por cierto, da la sensación que ahora pasa mucho más el balón. Arteaga lo agradece.
Con respecto al público, creo que cada club tiene 30 invitaciones, allá cada cual pero decoroso no es.
Un saludo.
Ismael · 18/03/2021 a las 11:14
Tenemos una carencia importante en el juego interior, Arteaga y Delgado no son dominantes , ni intimidante, cumplen, pero falta músculo en la pintura