No existe la palabra pero hay que crearla. La plantilla que ha formado el Estudiantes lo merece. Es una auténtica delicia. Una gozada. Un roster que ni en los mejores sueños. Todo sobre el papel, claro. De aquí a transformar los grandilocuentes sustantivos en victorias y ascenso hay un trecho de mucho trabajo, regularidad y constancia.

Pero se mire por donde se mire, staff incluido, el Estudiantes es, de largo, el mejor equipo de la LEB Oro. En su tercer año en la categoría, la alfombra del ascenso está colocada, pulcra y paciente, mirando a la soñada ACB.

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—pero por muy majestuosa e impresionante que sea una alfombra, bajo ésta siempre se esconden kilos de polvo y mierda—

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El fin justifica los medios

Ya no hay excusas: el club lanza una apuesta total en el primer equipo masculino, a costa incluso de rebajar costes y despedir empleados y currantes históricos de la entidad. Lo dijo Triana: el club tiene que ser capaz de generar recursos por si mismo para pagar la deuda con Hacienda. Y todo pasa por ascender a la primera categoría del basket español, que es donde se juega el partido en lo económico. Para él y su equipo, vale todo. Vale dar una imagen lamentable, de escaso tacto y altamente impopular en un club especialmente popular y sensible con los suyos y con estos temas. Vale cambiar a un equipo de comunicación escaso pero muy competente, por otro que ha convertido las redes sociales en algo anodino y soso. Vale echar al fotógrafo más profesional y, a la vez, demente del mundo, por un Iphone rándom que corta pies y enfoca rarete. Y claro, vale también despedir al utillero Óscar ‘Poki’ Carretero, por vete a saber quién. Vale, en definitiva, abandonar a parte de la esencia del club. Todo vale para ascender. La apuesta es tan total como mezquina y descarada. El fin justifica los medios. Pero el fin no siempre sale como uno espera.

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Dicho lo cual, y retomando, la plantilla del Estudiantes es la envidia de toda la categoría. No ya por nombres ni carreras, sino por la misma eficiencia que demuestran en LEB Oro. Todos menos un jugador -Nzosa-, saben de qué va esta liga. Y eso, tras dos años de experiencia, se ha demostrado capital para la consecución de objetivos mayúsculos. Se ha fichado bien no; muy bien. Y ya era hora.

El primer gran golpe de efecto fue la firma del mejor entrenador posible, Pedro Rivero, reciente ascendido con Palencia. Es como fichar al Messi de los banquillos de LEB Oro. Con plenos poderes para hacer y deshacer, que por ahora hace. Y le han puesto todas las garantías a su disposición. Nombre por nombre, los deseos de Rivero se han cumplido. Tan solo falló Kravic, con el que no se llegó a un acuerdo económico.

Pero da igual: la plantilla está diseñada para ascender de manera directa. Para ganar la categoría con suficiente solvencia. Ningún otro roster, a falta de los últimos fichajes, se acerca a lo que ofrece Estudiantes. Y no es un optimismo desmesurado ni una ilusión desbordante. Es realismo del duro.

Vamos nombre por nombre. Línea por línea.

Los 12 de Rivero

Es la posición de base la más clara de todas. Una continuidad y un fichaje de relumbrón. La continuidad de Toms Leimanis, al que le sobran puntos y no se esconde en partidos igualados. La llegada de Alec Wintering, quizá el mejor ‘1’ de la categoría la temporada pasada. Ojito derecho de Rivero -con el que coincidió en Palencia-, de perfil ofensivo, con amenaza exterior y habitual en el 2×2 en cabecera con el bloqueo del grande. Ojo a lo que puede formar el Estu desde ahí.

Quizá nos falta defensa en esta línea. Aunque Leimanis, cuando quiere, ha demostrado un físico notable en esos lares. Pero bueno, centímetros y físico para defender hay por detrás.

Entramos en los escoltas y aquí aparece, hablando de defensa, Adams Sola, pieza fundamental para la telaraña defensiva de Rivero. Como tiene un perfil propio, Sola puede ser más importante de lo que a priori pareciera. Es más, cuando Sola ha sido importante, el equipo ha ido bien, o era síntoma de ello. Rubén Domínguez está cedido en Castellón y su lugar lo ocupa Dee, francotirador contrastado que ya estuvo con Estudiantes hace dos años. Garantía, galones y experiencia sobrada en la categoría. Un must.

Lo que queda del perímetro son caras nuevas, y qué caras. La primera llega de ACB, de Unicaja. Es Francis Alonso, que tendrá su segunda experiencia en LEB tras una corta cesión al Oviedo. Y aunque la versatilidad de la plantilla es una de las armas del Estu, Alonso aparenta ser figura clave para Rivero. Dependiendo del rival, el ‘2’ titular del equipo, ahí ahí con Dee. ¡Vaya dos!, valga la redundancia.

Alonso, sobre Dee, añade defensa y físico. Añade calidad ACB y muchos minutos de juego. Con Unicaja promedió 6,9 puntos por partido en dos temporadas -y un insultante 43,5% en triples- y con Bilbao el año pasado acabó con 6,5 de media y 32% en triples. Osea, sobrado para LEB Oro. Veremos su nivel pero apunta alto.

La polivalencia del plantel se puede establecer desde ya: pues tanto Leimanis puede irse a enchufar al ‘2’ como Alonso puede subir la bola como ‘1’. No hay un quinteto claro, a priori. Rivero debe establecer de manera clara los roles, que se presumen muy variados.

En el ‘3’ llega el jaleo. Hay gente que prefiere tener una base claro, un escolta claro, un alero claro…Puristas de esto. Pienso que es mejor tener un 2-3 que haga más cosas de 3, mientras otro 2-3 haga más cosas de 2. Y así con el 3-4. Juntar más recursos para sorprender al rival o, más importante, neutralizar sus amenazas. Y más en una liga tan dura como esta. Aquí el talento pasa a un segundo plano. Nos ha costado, pero parece que dos años después lo hemos entendido.

Los aleros, vamos. El más fijo, Sergio Rodríguez, otro ‘descendido’ de ACB con experiencia de cuatro años en la segunda división. Dará rebote y tiro exterior. Perfil similar a Alex Murphy, el último en llegar. El americano viene de promediar doce puntos en la liga japonesa, y aquí ya consiguió un ascenso con Gipuzkoa. Un ‘3’ alto que abrirá el campo bajo su amenaza exterior.

En los llamados aleros altos, junto con Murphy, dos nombres más. El primero, Chimpa Suárez, que regresa a la que fue su casa 13 años después. Sobre la incógnita de que le responda el físico, Suárez sumará experiencia contrastada y centímetros en ambas posiciones, e incluso podrá ser utilizado por Rivero de center en algún que otro momento. Queda por resolver el recibimiento de la afición: según nuestra encuesta de Twitter, un 41,5% de la afición no ve su vuelta con buenos ojos. Que sí, que Twitter (me niego llamarlo X) no es representativo, pero sácame otro dato de donde sea con casi 500 votos…

Sobre el que no hay dudas es Michael Carrera. El dos veces MVP de la competición aterrizará en Madrid una vez acabe el Mundial con Venezuela a mediados de septiembre (o antes). Es el mejor refuerzo del club, y el listón está alto. Firma, además, por dos temporadas, con vistas a ese ascenso soñado. De Carrera poco que decir. Va a dominar sobre cualquiera. Determinante, no tiene rival posible.  Rebotes, puntos, defensa, físico… Tan solo necesita mantener fría su cabeza, manejar las faltas personales y sentirse importante dentro del rol que le otorgue Rivero.

Tras ellos aparece el segundo y último canterano de la plantilla, Hugo López, que se ha ganado su puesto. Perfil de rotación pero con gran proyección y con muchos referentes con los que aprender en cada entrenamiento. Jugará de 4 pero estará disponible como 5 en caso de lesión de las dos torres.

Llegamos a los pívots. Aquí, el archiconocido Kevin Larsen, al que cuando el físico le respeta se convierte en el mejor interior de la categoría. Gesto de continuidad del club, y de conservadurismo, que en ciertas dosis es recomendable. Cumple Larsen, siempre. No hay que presentarle mucho más.

El otro cinco es Nzosa. Sí, el chaval joven del Unicaja. Llega en calidad de cedido. Es sobre el jugador que más dudas hay en cuanto a físico. Pero como esté fino (o cerca de ello), mucho ojo. Defensa, intimidación y velocidad son sus virtudes. Un complemento perfecto a Larsen y una muestra más de la versatilidad del grupo. La idea es que no haya partido en el que Estudiantes no tenga armas para enfrentarse a él, especialmente con superioridad en centímetros, muy del gusto del nuevo entrenador.

No existe un mañana

Con una confección de la plantilla de tal calibre, solo existe el presente. Nadie se quiere imaginar a un Estu sin ascenso. Si eso ocurre, habría que ir pensando en cerrar el chiringo.

Porque, teóricamente, no es posible. Se saldría de cualquier quiniela. No solo por el mismo nivel del club colegial, sino por el resto de la liga. Solo Burgos tiene un mazo de cartas con cierta calidad para ser candidato. Los dos descendidos, Betis y Fuenla, están lejos de aspirar al primer puesto -especialmente el equipo sevillano-. Y luego, claro, un ojo a Coruña, otro a Valladolid, y un poco más lejos a Lleida y Gipuzkoa. Que la LEB ya sabemos que se las trae.

No existe un mañana. Existe un presente con varios jugadores que podrían tener hueco en ACB. A mí me salen cuatro y medio: Alonso, Rodríguez, Carrera, Nzosa y el medio de Larsen por su físico. Y tirando por lo bajo…no hay equipo que lo iguale.

Sé que el análisis ha rezumado optimismo. Pero es que me tranquiliza sobre todo un detalle: no hay un ‘cualquiera’ en el banquillo. Que se nos olvida con tantos nombres, pero el que dirige el cotarro es uno. El más importante. Y, por suerte y por primera vez en 3 años, el más adecuado para estos barros.

Campaña de abonos en septiembre y liga el 6 de octubre. Estamos preparados.

Y tú, ¿cómo ves a este Estudiantes? ¿Te ilusiona la plantilla? ¿Es la mejor de la LEB Oro? ¿Dónde tienes más dudas? ¿Te falta/sobra algo? ¿Ascenderemos este año? Te leemos y debatimos en los comentarios (con poner un nombre de usuario es suficiente).

 

 

 

Fotos: Movistar Estu, J.Pelegrín y BCC